Estimulación de los niños
La creatividad es una capacidad que los padres pueden estimular en sus hijos desde que son pequeños.
Esto se puede hacer planteando situaciones nuevas para el pequeño y dejando que trate de desenvolverse en ellas, despertando su curiosidad. Podemos enseñarle juegos nuevos, actividades plásticas, musicales o contar cuentos. También podemos organizar excursiones a lugares que no conozca, como el campo o el teatro.
A través del juego los niños desarrollan su fantasía, imaginación y creatividad. Además de divertirse, aprende y se relaciona con los demás. Por eso, conviene que dejes espacios para que el niño juegue solo o en compañía de otros amigos.
Las actividades como dibujar o jugar a construir desarrollan su psicomotricidad y también su ingenio.
- A partir de los 15 meses el bebé es capaz de hacer trazos y construir una pequeña torre con dos cubos.
- A los 18 meses puede garabatear (primer estadio del dibujo) y añadir un cubo más a la torre.
- Entre los 20 y 22 meses construye torres de hasta seis dados y con 24 meses más de siete. Después del garabateo, el niño dibuja formas circulares y rectangulares. Más adelante une pares de estas formas entre sí. Así irá adaptando progresivamente estas combinaciones hasta representar personas y objetos.
Otra forma de estimular la creatividad es a través de los cuentos. Leele y procurá mantener su atención con todos los recursos que puedas, como gesticular y cambiar de entonación. Muestrá interés en las ilustraciones y creá situaciones cómicas, de sorpresa o misterio, según el argumento. También es bueno que hagas participar a tu hijo con preguntas, comentarios, etc.
La música también es un buen estímulo. Te recomendamos que escuchen juntos música de diferentes estilos.
Bailar es otra actividad placentera para los niños porque es una oportunidad para expresar nuestro estado mediante los movimientos del cuerpo.
El teatro ayuda a desarrollar la imaginación. Para los más chicos, una buena elección son los espectáculos de títeres. En casa puedes improvisar dramatizaciones y diálogos con títeres caseros. ¡Los disfraces son muy buenos también!
Otras actividades que despertarán su curiosidad son las visitas a museos. Exponerlos a otras culturas y a comidas diferentes nos ayuda a estimular su capacidad creativa.